El turismo puede ser más que una actividad recreativa, tiene un importante impacto en las comunidades que reciben visitantes y también puede dejar una profunda huella en el visitante, de ello se destaca la relevancia de las relaciones interpersonales que serán en última instancia las que marquen sus consecuencias.
Cuando el visitante recibe una buena atención, es recibido y tratado como una persona valiosa, única y merecedora de respeto, tendrá una vivencia que naturalmente será significativa. Lo mismo sucede con las personas que hacen de anfitriones, cuando reciben un buen trato por parte del visitante, cuando se les respeta y reconoce, no solo su trabajo como prestadores de servicios, sino por la atención y por su generosidad al compartir su espacio, sus recursos, su tiempo con visitantes, entonces también tendrán una vivencia significativa y memorable.
La experiencia turística entonces tiene siempre dos caras, en la medida en la que ambos lados obtengan respeto, cordialidad, buen trato y amistad en general, se sientan las bases para que el turismo sea valioso para la sociedad.
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